Pensar en una barra de chocolate por un momento es suficiente para que la boca se haga agua o que el estómago "emita un gruñido" pidiendo un pedazo del placentero producto. Pero, según este estudio, si uno se imagina una tableta de chocolate y se visualiza degustando cada bocado, masticando y tragando, probablemente comerá menos si le ponen delante una real.
Según el EstudioLos investigadores realizaron varios experimentos en los que pidieron a un grupo de participantes que se imaginaran comiendo grandes cantidades de bombones o queso. A otros se les pidió que se imaginaran comiendo esos alimentos en menor cantidad, o más pero de un alimento diferente, y a otro grupo se le pidió que se imaginaran haciendo algo completamente diferente.
El Poder de la Imaginación
Después de que los participantes se imaginaran lo que se les había pedido, los expertos pusieron un plato lleno de bombones y queso y les pidieron que comieran tanto como quisieran. Morewedge y su equipo descubrieron que las personas que se había imaginado comiendo grandes cantidades de bombones o queso comieron mucho menos que los demás.
Los investigadores sugieren que el tipo de imágenes mentales repetitivas al visualizar todo el proceso de comer un bombón -morder, masticar y tragar- tiene efectos muy diferentes a los de una breve imagen mental, que suelen provocar más deseo.
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